16 dic 2013

Cuando de espíritus se trata.

Cada mañana amanece en la Rue d’Alèsia una pequeña familia que habita un hogar  gris y sin jardín. Apenas un techito y unas paredes de plástico barato les sirven de refugio en las noches heladas de Paris.
Es fácil encontrarlos allí, es ese tipo de familia que no viaja y que no muda su hogar.  Sin embargo, realizan actividades cotidianas como cada persona que habita bajo techo rígido; levantarse con el alba, desayunar, leer la prensa, hablar y tal vez comentar las noticias de actualidad o incluso, algo más importante, manifestar su estado anímico en ese nuevo día.


Llega diciembre a nuestro calendario y con él, el “espíritu navideño”. Lo que significa o implica este espíritu ya muy pocos lo recuerdan. La costumbre dominante pasa por el filo monetario, el cual nos empuja a reaccionar de maneras varias y bastante pintorescas.  Toque añadir un detalle arraigado en este proceso espiritual,  el lindo arbolito que durante días se seca y terminar de morir en tantos lugares. Y es que, ¿a quién no le gusta plantar un pino en casa? Tanto es así, que hasta aquellos que habitan lo inhabitable siguen esta costumbre.


En Paris, este ser vivo se vende por un precio que no definiríamos justamente como módico, sin embargo, ellos, la familia Alèsia, también plantaron su arbolito, aunque tal vez ellos si que por un costo razonable. 

10 dic 2013

Un ser.



El tiempo no existe.
El tiempo no existe porque este es en el alma de las personas.
El tiempo no lo cura todo porque tiempo y corazón se conocen pero no se influyen.

Dos semanas, dos, meses, dos años. El tiempo pesa lo que pesa el amor, los recuerdos, la nostalgia, las alegrías, las penas, la gratitud, la extrañeza, los deseos, la esperanza, la realidad y como esta se sientePues las cosas no son, sino que se sienten.

Me gustaría arrancarme un trozo de corazón y ponérselo al tuyo para que así sintieras lo que yo, más allá de la empatía, lo fabuloso del lenguaje o la comunicación humana. Porque así como hay un lenguaje que va más allá de las palabras, hay sentimientos que no se explican ni se transmiten sino que sólo se sienten.
Estos sentimientos son inmunes al tiempo, porque  el tiempo, repito, no es, sino que 
 se siente.

De esta manera, una esperanza jamás dirá que diez meses o tal vez quince años es mucho ni poco tiempo.  
Un deseo nunca dirá que es mucho tiempo, pues todo al fin, llega.
¿Y la realidad?, la realidad es hoy, y el hoy es como queremos que sea. 
Así pues, mi hoy, con mi esperanza donde nada es ni mucho ni poco tiempo y mi deseo que me dice que el tiempo es poco, mi realidad eres tú. 
Tú en mi allá, yo en tú allá, tú en mi aquí y yo en tú allí.






1 dic 2013

Elogio al querer


Quiero levantarme y sentir que nada me ata a nada ni me obliga a nada.
Quiero sentirme satisfecha de lo que hago y digo porque nada estará pautado ni marcado como correcto o incorrecto.
Quiero ser feliz y que nadie me culpabilice de ello porque mi forma de serlo sea rompiendo las absurdas cadenas que el ser humano ha creado para esclavizarse a sí mismo.
Quiero ser yo y que la gente no me juzgue por ello, porque no habrá normas ni estereotipos que lo permitan.
Quiero ser la persona más importante en mí vida, sólo quiero ser yo, porque sé que siendo esa persona las personas que me quieran lo harán y sentirán de verdad.
Quiero ser yo porque estoy dispuesta a quererte por ser tú.

Quiero que alguien camine a mi lado sin importarle nada ni nadie, tan sólo la afectividad que le une a mí.
Quiero sentir que el amor dejará de ser asunto de valientes porque el miedo a sufrir no existirá en el planeta porque todas las personas sabrán que lo único que importa es amar, sea como sea y donde sea.
Me quiero enamorar sin prever y disfrutar sin planear, porque en el mundo donde sólo existe el presente, planear será incoherente.
Quiero que la sinceridad deje de ser enemiga para convertirse en amiga porque nada de malo habrá en ella, el miedo no existirá y sólo la buena voluntad imperará en la sinceridad.
Quiero que lo más importante en el mundo sea besar, compartir caricias y decir te quiero.
Quiero que todas las personas del mundo tengamos hijos y no los sintamos como nuestros, sino como ellos mismos.

Quiero que todos quieran lo que el resto de personas quieren.
Quiero que no haya nosotros ni ellos, sólo todos.


Quiero mirar atrás y sentir, al recordar, gratificación y emoción  y que nada, sea cual sea mi situación presente, me impida lo contario.
Quiero creer que es posible un mundo mejor, porque hubo un mundo peor que superar.

Quiero ser libre y que sea lo único que pueda ser en mi vida.
De todas las cosas malas en el mundo, la peor, es no atreverse a ser uno mismo.